Las alcachofas confitadas en aceite son una delicia, pero, sinceramente, yo no quiero sumar más calorías al cuerpo, ni tampoco gastar cantidades ingentes de aceite para una sola elaboración, aunque después lo pueda reutilizar.
Las alcachofas como os voy a enseñar a hacerlas, siguen el mismo proceso que la cebolla caramelizada con agua. Os animo a probar esta técnica, ya que conseguiréis resultados de lujo de una manera muy sana y natural.
INGREDIENTES:
Alcachofas
Aceite
Sal
Agua
ELABORACIÓN:
Limpiamos
las alcachofas y las troceamos por la mitad. Cada mitad la troceamos en 2 o 3
trozos, dependiendo de lo grandes que sean las alcachofas. Las ponemos en un
bol con agua y un chorro generoso de zumo de limón, para que no se oxiden.
En una
sartén, ponemos un chorro de aceite, no demasiado, y sofreímos las alcachofas,
en un primer momento a fuego vivo. Salamos y seguimos sofriendo durante cinco
minutos.
Cuando
ya estén ligeramente doradas, bajamos el fuego (yo lo bajo al 4-5 de 9 que
tengo como máximo). Añadimos un chorro de agua, tapamos la sartén con una
tapadera, y dejamos, a fuego bajo, que se vayan confitando. Cada cierto tiempo
vamos removiendo, y vamos añadiendo más agua, siempre poco a poco.
Así confitadas sin excesivo aceite quedan muy ricas, al tener un alto contenido de azúcares naturales al igual que la cebolla con agua se hacen pequeños milagros ;o)
ResponderEliminarBesos y feliz semana,
Palmira
La cebolla queda muy bien añadiendo agua a poquitos y viendo las fotos de estas alcachofas se me hace la boca agua. Ricas y con menos calorías, no se puede pedir más. Gracias por compartir la receta.
ResponderEliminarBesos.
Riquisimas y sabrosas en el que guarda todo su sabor como lo has realizado. Besos
ResponderEliminarMuy ricas, las alcachofas me encantan, besos
ResponderEliminarSoy fan a ope de las alcachofas y nunca las he preparado así, sin duda las probaré. Gracias por la receta. Un beso
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